El grunge no ha muerto
Éramos las primeras en la fila. Llegamos tres horas antes de la cita. Hacía frío. Era una mañana lluviosa; un día usual en una de las ciudades donde se consume más café y se ven más películas que en cualquiera otra parte de Estados Unidos. El combo perfecto para alcanzar altos índices en depresión y suicidio. Le llaman la ciudad de la eterna lluvia.
Volvamos a la
fila. No era un día luminoso, era un día gris, un día común. Le pedimos al
chico de melena rubia y gorrito que estaba adelante de nosotras que nos apartara el lugar.
Asintió sin mirarnos. Caminamos unas calles más hasta encontrar una tienda.
Nos sorprendió que la fila estuviera igual de atiborrada que la que habíamos dejado unas cuadras atrás. Al parecer, no había otra cosa que hacer en un día gris en Seattle, que buscar café y cigarros.
La agüita
ligera arreció nos cubrimos la cabeza con los gorros de la sudadera, encogimos
los hombros y nos formamos. En la espera, Betsy y yo recordamos cuando nos
conocimos en la cafetería que estaba junto al muelle, donde se filmó una de
las escenas de la película Singles. Bridget Fonda estaba
enamorada de un músico guapo, pero estúpido, interpretado por Matt Dillon. Buscaba ser famoso con su banda llamada Citizen
Dick.
La trama era parecida a la serie de televisión Melrose Place. Amigos vario viviendo en el
mismo edificio: la antelasa
al desastre amoroso. El chickflick perfecto.
En una de las escenas Eddie Veder, vocalista de Pearl Jam y Chris Cornell de Soundgarden integrantes de la banda Citizen Dick, tomaban café mientras que Brigdet Fonda, mesereaba en la misma cafetería donde Besty y yo nos conocimos. Moríamos por un sorbo de café. La fila no avanzaba, seguía lloviendo.
La firma de autógrafos coincidía con el juego del equipo local de básquet. Desfilaban por las calles mojadas ordas de aficionados con pelucas afro amarillas y verdes. Sonaban vuvuzelas, ancianos agitaban vigorosamente manos de hule espuma con el número uno, perros vestían los uniformes del equipo, niños con globos, todos caminaban hacia el estadio. Cuando hay juego la policía desaparece, algunos escapan para ver el juego en algún bar. Nosotras seguíamos en la fil con la garganta seca y con ganas de darle un jalón a un cigarro. Arriba pasaba el monorriel. Sí, el transporte inspirado en la aburrida caricatura de Los Supersónicos. De pronto hubo una tregua y la llovizna cedió. De la tiendita sonaba a todo volumen el soundtrack de la peli Singles. Betsy sacó la anforita con ron barato que siempre llevaba, dice que le ayuda a calentar la sangre. La fila era más larga. Permanecía inmóvil, -qué ganas de fumar un American Spirit, dicen que por ser orgánicos joden menos. Claro, los de la cajetilla color azul turquesa que fumaba Snake en Escape en LA.
Mientras tanto los compañeros de fila recordaban cuando veían tocar a las bandas locales en pequeños bares. Mucho antes de que firmaran con las grandes disqueras. Soundgarden fue la primera banda en firmar con una. El suicidio del vocalista de Nirvana salió al tema. Se calentaron los ánimos entre los que pensaban que Kurt Kubain fue asesinado por Courtney Love y los que decían que era un dude maníaco depresivo que lo tenía todo. Ninguno sabía que Kurt era buen pintor, que le gustaban los gatos y amaba locamente a su mujer y a su hija Paris. Al tranquilizarlos, reconocí al chico de melena rubia que nos había apartado el lugar. Vi como mi oportunidad de tener el autógrafo se esfumaba. Había pasado casi una hora. Estábamos mojadas, mareadas y la fila nomás no avanzaba. Decidimos regresar. Por fortuna no habían abierto las puertas del Tower Records y el revoltoso de melena rubia encontró nuestros lugares en la fila justo a tiempo para enterarnos que la firma de autógrafos se había cancelado.
Dicen que Layne Staley, vocalista de Alice in Chains entró a la tiendita a comprar unos American Spirit. El dependiente lo reconoció, cerró el lugar y le pidió firmar todos sus discos, incluyendo el soundtrack de Singles. Staley se negó a firmarlo. Insistía que no lo conocía y que jamás había recibido un centavo de regalías por ese disco. El empleado lo forzó a ver la peli hasta al final. No llegó a ningún policía. Ese día Los Sonics pasaron a finales.
Regresamos a casa en el monorriel. Me cuenta Betsy que actualmente funciona para transportar turistas de un centro comercial al Space Needle. Que no está permitido fumar tabaco ni siquiera en lugares al aire libre y que sigue siendo la ciudad donde llueve casi los 365 días del año, restando dos meses de verano. Es la ciudad donde encontré la complicidad y amistad en la adolescencia.
Hace unas semanas estaba Matt Dillon echándose un trago en un bar de la colonia Roma, en Ciudad de México. Se negó a darme su autógrafo, eso dolió. Ya no fumo pero sigo tomando café. Me consuela que ya tengo mi boleto para ver a Alice in Chains. Volvieron y están de gira. Nunca es tarde.
En una de las escenas Eddie Veder, vocalista de Pearl Jam y Chris Cornell de Soundgarden integrantes de la banda Citizen Dick, tomaban café mientras que Brigdet Fonda, mesereaba en la misma cafetería donde Besty y yo nos conocimos. Moríamos por un sorbo de café. La fila no avanzaba, seguía lloviendo.
La firma de autógrafos coincidía con el juego del equipo local de básquet. Desfilaban por las calles mojadas ordas de aficionados con pelucas afro amarillas y verdes. Sonaban vuvuzelas, ancianos agitaban vigorosamente manos de hule espuma con el número uno, perros vestían los uniformes del equipo, niños con globos, todos caminaban hacia el estadio. Cuando hay juego la policía desaparece, algunos escapan para ver el juego en algún bar. Nosotras seguíamos en la fil con la garganta seca y con ganas de darle un jalón a un cigarro. Arriba pasaba el monorriel. Sí, el transporte inspirado en la aburrida caricatura de Los Supersónicos. De pronto hubo una tregua y la llovizna cedió. De la tiendita sonaba a todo volumen el soundtrack de la peli Singles. Betsy sacó la anforita con ron barato que siempre llevaba, dice que le ayuda a calentar la sangre. La fila era más larga. Permanecía inmóvil, -qué ganas de fumar un American Spirit, dicen que por ser orgánicos joden menos. Claro, los de la cajetilla color azul turquesa que fumaba Snake en Escape en LA.
Mientras tanto los compañeros de fila recordaban cuando veían tocar a las bandas locales en pequeños bares. Mucho antes de que firmaran con las grandes disqueras. Soundgarden fue la primera banda en firmar con una. El suicidio del vocalista de Nirvana salió al tema. Se calentaron los ánimos entre los que pensaban que Kurt Kubain fue asesinado por Courtney Love y los que decían que era un dude maníaco depresivo que lo tenía todo. Ninguno sabía que Kurt era buen pintor, que le gustaban los gatos y amaba locamente a su mujer y a su hija Paris. Al tranquilizarlos, reconocí al chico de melena rubia que nos había apartado el lugar. Vi como mi oportunidad de tener el autógrafo se esfumaba. Había pasado casi una hora. Estábamos mojadas, mareadas y la fila nomás no avanzaba. Decidimos regresar. Por fortuna no habían abierto las puertas del Tower Records y el revoltoso de melena rubia encontró nuestros lugares en la fila justo a tiempo para enterarnos que la firma de autógrafos se había cancelado.
Dicen que Layne Staley, vocalista de Alice in Chains entró a la tiendita a comprar unos American Spirit. El dependiente lo reconoció, cerró el lugar y le pidió firmar todos sus discos, incluyendo el soundtrack de Singles. Staley se negó a firmarlo. Insistía que no lo conocía y que jamás había recibido un centavo de regalías por ese disco. El empleado lo forzó a ver la peli hasta al final. No llegó a ningún policía. Ese día Los Sonics pasaron a finales.
Regresamos a casa en el monorriel. Me cuenta Betsy que actualmente funciona para transportar turistas de un centro comercial al Space Needle. Que no está permitido fumar tabaco ni siquiera en lugares al aire libre y que sigue siendo la ciudad donde llueve casi los 365 días del año, restando dos meses de verano. Es la ciudad donde encontré la complicidad y amistad en la adolescencia.
Hace unas semanas estaba Matt Dillon echándose un trago en un bar de la colonia Roma, en Ciudad de México. Se negó a darme su autógrafo, eso dolió. Ya no fumo pero sigo tomando café. Me consuela que ya tengo mi boleto para ver a Alice in Chains. Volvieron y están de gira. Nunca es tarde.
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