Extravíos y reencuentros.

Tengo cierta fijación cuando me dispongo a encontrar algo perdido, es casi una obsesión. Hace un par de semanas me llamó Lorena, amiga desde el kinder. Confieso que fue bastante extraño escucharla, jamás imaginé hablar nuevamente con ella y mucho menos verla, después de lo que me hizo. No le fue difícil localizarme. Los comerciales de alimento para perro son transmitidos cada quince minutos por televisión abierta, con un estúpido slogan, "Pipo y Pepa lo comen sin hacer mueca". No podía quejarme, la paga era buena y hasta llegaban a reconocerme en la calle. Siempre quise figurar en público. En cambio Lorena, de alguna manera lo tenía de manera natural. Fue coronada como reina de la primavera en el kinder, en la quermese de la primaria la escogían para repartir besos por unas cuantas monedas. Mientras que a mí, me ponían en la cárcel a custodiar niños tímidos y feos a quién nadie quería esposar. En secundaria intentó arrebatarme el papel de Dorita, en la obra del Mago de Oz ...